Primer post de prueba
y de perder el miedo a escribir. Tuve que dejar de pensar, una y otra vez, cuando voy a dejar de pensar en qué voy a escribir y decir. Lo pienso sobrio, a veces por miedo a perder las historias en mi memoria, o no tan sobrio con ideas o recuerdos que aparecen como revelaciones casi religiosas. Preferiría estar escribiendo a mano, pero bueno, ya sabemos, millenials y esas cosas. A veces también por miedo a que cuando lea lo que escribí, me sea tan vergonzoso que de pensar que otro lo va a leer me condenarán a la hoguera o tortura de tipo medioevo, esas que duelen, porque lo que ecribí es tan aburrido y de interés de 0 personas en el mundo que soy idigno de escribir un párrafo en un blog. Listo. Desde la última vez que había escrito algo así al aire o tipo personal fue el año 2005, hace 15 ya. Tengo 31. Más tirado pa 31 que 32 aún. Y no he podido, por miedo claro, volver a leer lo que balbuceé en un par de hojas cartas, bajo la oscuridad de la adolescencia y de la luz, usando un lápiz ...